viernes, 6 de mayo de 2011

“De winners, fanáticos e imitadores, o los asesores del Gobierno de los Mejores”


Hace unos días, un asesor ministerial twiteo algo así: “en un año mejoramos índices de educación (Simce), crecimiento económico (Imacec), seguridad ciudadana (no me acuerdo a que indicador hacía referencia)… y aumentamos desaprobación.  Vamos por buen camino!”. No lo puedo citar textual, porque después ese tweet desapareció de su cuenta, supongo que alguien por ahí lo debió retar.
Sin ser experto en política, creo que dicho tweet grafica muy bien tres de las principales características de los actuales asesores del Gobierno. Ahí van:
1.       SON MUY “WINERS”: El “gran jefe” predicó con el ejemplo, y creó escuela. Les enseño a  aparecer siempre como exitosos, aunque realmente no lo fueran. Por lo anterior, sus muchachos se acostumbraron a atribuirse como propios, resultados de procesos de largo plazo. Ejemplos sobran, baste recordar que aún hay mucha gente que pone en duda que fuera nuestro presidente el de la idea de traer las tarjetas de crédito a Chile. Creo que nuestro amigo (un experto graduado en Harvard), no puede realmente pensar que la mejora en dichos índices se debe, casi exclusivamente, al trabajo que él y su gobierno ha realizado en tan solo un año. De hecho, creo que el exceso de entusiasmo de lo que plantea en dicha frase se debe al segundo problema:
2.       SON MUY FANATICOS: Pareciera que se enamoraron irracionalmente, o que les bajó el síndrome de la barra brava. Yo tengo mis convicciones y trabajo con gente en la cual creo de verdad, pero fanático, irracionalmente fanático… del Colo y de nadie más. Conozco a varios asesores ministeriales que pasaron de ingresar al gobierno con muchas dudas existenciales, a caer en una especie de enamoramiento total y absoluto. Es simplemente impresionante, la ministra muy honrada será, y yo personalmente lo creo, pero se fue porque se mandó un condoro impresentable, y por lo mismo, no hay para que idolatrarla, hay que perdonarla incluso. Sin embargo, basta leer los tweets de estos asesores por estas fechas para darse cuenta el nivel de la barra brava que hay ahí dentro (creo sinceramente que a veces la Garra Blanca tiene más objetividad que ellos). En resumen, y como otro ejemplo, nadie que sea tan experto como este asesor puede realmente creer que ir por el buen camino significa hacer las cosas bien, generar buenos resultados, y como efecto (o por causa) de lo anterior, aumentar los niveles de desaprobación. Primero, porque si realmente crees que le estás haciendo un bien al país, y que en un año lograste cambiar lo que no se había cambiado en veinte, debes esforzarte porque la gente te apruebe, te reelija, y así puedas continuar con tu proyecto político. Segundo, porque si realmente te despreocupa la aprobación de la gente y crees que una buena gestión se basa en tomar decisiones impopulares, debieras reflejarlo en tu estrategia comunicacional, la cual no debiera apuntar exactamente a lo contrario, es decir, a saturar los medios de comunicación, con mensajes positivos acerca de tus políticas de gobierno. En fin, este fanatismo total de muchos asesores, que tiene como efecto la defensa de argumentos tan indefendibles, ha hecho, según mi percepción, que muy pocos al día de hoy se atrevan a “decirle al rey que está desnudo”, y que por lo mismo, el rey se pasee desnudo día tras día por Chile.
3.       SON IMITADORES: Hoy son todos un “mini-me” del Presidente. Todos “24x7”, todos ultra colapsados, todos ultra importantes y todos ultra winners. Pareciera que una gran camada de estos asesores sueña todos los días con parecerse un poco más al big boss, y como se enamoraron profundamente de él, le copian todo, hasta la arrogancia. Todo lo quieren reinventar, a todo le cambian el enfoque, a todo le aplican re-ingeniería (porque muy seguramente en la “antigua forma de gobernar”, muy poco valía la pena). Está bien que el líder, en este caso el presidente, sea “rupturista e innovador”, pero no todos deben parecerse a él. Debe existir en su equipo gente capaz de mostrarle, aunque sean muy pocas, las cosas buenas que existían antes de él y que se pueden aprovechar. El problema es que en el Gobierno de los mejores hay muchos mejores y pocos peores, mucho cacique, poco indio, mucho imitador de Piñera, y pocas personalidades distintas que se complementen con la de él. 
 
No digo que antes no existían estos pecados o incluso peores, realmente creo que existen en todas partes, pero para mí, un real “gobierno de los mejores” debe incluir a gente que sea capaz de:
1.       Dejar ser tan “winer” y crear una estrategia de trabajo (y a la vez, comunicacional) que reconozca que la gente no es tonta y que busque posicionar al gobierno como innovador y exitoso sin recurrir a la destrucción o descalificación del trabajo que realizaron otros chilenos durante 20 años, chilenos que quiérase o no, la gente eligió. Los goleadores son generalmente los más top del futbol, los más reconocidos y los más queridos, pero ningún goleador puede dejar de reconocer que sus goles se deben a jugadas que iniciaron y ejecutaron otras personas, muchos segundos atrás del segundo de gloria en el que a ellos les tocó el honor de dar el golpe final.
2.       Cambiar el fanatismo por la capacidad de los asesores de hacer influir su crítica constructiva. No defender lo indefendible. No transformarse en barra brava. Una cosa es ponerse la camiseta de un equipo, otra distinta es envolverse con ella la cabeza y taparse los ojos, los oídos (y el cerebro). Cuando las cosas andan mal reconocerlo, evaluar, ser autocrítico, criticar y corregir, y no recurrir al típico #porculpadelaconcertacion.
3.       Cambiar la imitación total por la creación de equipos diversos y llenos de identidades propias en servicio de un proyecto político mayor, y común. Ningún gobierno necesita que todos sus Ministros y Asesores sean 24x7, hiperventilados, winners y “ultra capaces”. En los equipos hacen falta todos, el arquero que casi no corre, tiene una visión panorámica y solo interviene en casos críticos, el 10 que pone la pausa, y la genialidad, los laterales que no paran de correr, y el goleador que está atento a la oportunidad final. Todos a su ritmo, todos con su estilo distinto, todos con su forma de trabajar diferente.
En resumen, ojalá que cuando dicho asesor quiera reescribir el tweet que borró, escriba algo como “hemos mejorado índices de educación, crecimiento económico, y seguridad… un aplauso para el país y sus distintos gobiernos… Chile va por buen camino”.

4 comentarios:

  1. Cuando los empece a seguir, pensé que eran otro blog más con critica destructiva y sin aporte, sin embargo me hace muchisimo sentido lo que dicen. Yo estudié ingeniería y uno de los índices más importantes en una empresa sin duda es la satisfacción del cliente, que haciendo la respectiva analogía es la aprobación o desaprobación del gobierno. Efectivamente hay una arrogancia que esta cegando de la realidad nacional al gobierno y que si eventualmente quisieran aprovechar sus 4 años, deberían considerar.
    Buena columna.

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  2. Muchas gracias por el comentario!. Efectivamente la idea es analizar la actualidad politica, usando mucha critica e ironia, pero siempre dejando una propuesta. El ventilador en estos casos no funciona. Estamos en contacto. Recien aprendo de esto de los blogs asi que voy a revisar como seguirte de vuelta. Saludos!

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  3. Me agradó mucho tu entrada, tienes una visión fresca y amena que te hace describir claramente algunos pecadillos de los asesores del autodenominado gobierno de excelencia. Me gustó el párrafo final y sólo queda esperar que los aludidos lean esta entrada y pongan en práctica tus consejos. Saludos!!

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  4. Muchas gracias!. Ojala que la puedan leer, si conoces a alguien del gobierno de los mejores, compartela x fa. Saludos, y nos leemos!.

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