lunes, 4 de julio de 2011

“De River Plate y de cómo “Los Mejores” también se pueden ir a la B”

El domingo pasado miraba las noticias y no podía creer que River Plate se hubiese ido a la serie B del fútbol argentino. Obvio que me lo temía, era una noticia que se sabía probable hace ya algunas semanas, pero la verdad, siempre pensé: “algo va a pasar… River no se va ir a la B”. Lo imaginaba tan imposible como que Brasil no fuera a un mundial (estoy seguro que cuando eso esté a punto de pasar, nuestros amigos de la FIFA algo van a inventar para clasificar a Brasil, aunque sea por la ventana).
En fin, el punto es que después de asimilar la sorpresa me empecé a preguntar sobre qué era lo que había pasado para que una institución como River Plate, que en los números al menos, sin ser la más popular, ha sido la más exitosa del fútbol argentino (con 33 campeonatos y 5 torneos internacionales), haya caído tan, pero tan, bajo.
Y empecé a investigar.
Lo que descubrí, para bien de mi columna, me sorprendió mucho por lo parecido del proceso de decadencia de River, a la debacle de la Concertación desde las elecciones pasadas, y la caída en picada de los niveles de aprobación del gobierno de Sebastian Piñera.
Aquí van las explicaciones que encontré en noticias y blogs especializados. Para mí las similitudes con los procesos políticos mencionados son bastante claras:
  1. River Plate pasó de dirigencias que ejecutaban políticas institucionales de largo plazo, a dos presidencias que se concentraron en la búsqueda de éxitos en el corto plazo, sin planificación estratégica, ni inversión importante de recursos.
  2. En el último periodo se vivió una gran rotación interna debido, principalmente, a la falta de un liderazgo conciliador en la institución. En 3 años se sucedieron 2 presidentes, 6 entrenadores, 66 jugadores y 29 refuerzos.
  3. La variable menos importante a la hora de llenar los cargos relevantes del club fue la meritocracia.
  4. No se invirtió en proyectos de formación de nuevos jugadores, no existió un trabajo serio en la cantera, hace tiempo que River Plate no logra sacar al mercado jugadores “de exportación”.
  5. Una vez que no se dieron los resultados, la inversión que se realizó apostó por la cantidad más que por la calidad, es decir, muchos jugadores malos, ninguna “súper estrella”.
  6. Cuando ya se desató la crisis, incluso sus propios hinchas y la barra brava, en vez de alentar y apoyar, comenzaron a amenazar, incluso de muerte, a sus propios dirigentes y jugadores.
  7. Lo peor, según la mayoría de las opiniones, fue que nadie tuvo la valentía de definir un cambio de rumbo, cuando todo hacía indicar que se iba directo a la B. La principal causa de esto, se dice, es que el actual presidente del club no escucha a absolutamente nadie (¿les suena parecido?).
Para mí, en todo lo anterior hay un punto clave que debiera ser el principal mal ejemplo, o la principal conclusión que podrían sacarde la decadencia de River: el Presidente, los líderes de la Concertación y de la Alianza, y en general los políticos (a ver si así no les termina pasando lo mismo que al club, ante la mala aprobación generalizada que están viviendo). Por lo que pude investigar, la principal causa de la caída a la B fue que nunca se asumió a cabalidad la magnitud del problema y no se tomó en serio la real decadencia del club.
Los dirigentes siempre creyeron que solo el nombre “River Plate”, el ser uno de los equipos “grandes” de Argentina, y la tremenda historia de éxitos anteriores, influirían en un repunte milagroso y en la salvación de última hora.
En resumen: lo peor fue que creyeron que la “marca”, que por acá, y en política, sería la “Concertación”, y la “Alianza por Chile” o la “Coalición por el Cambio”, era más importante que la real calidad del producto, y que dicha marca y su historia terminaría salvándolos milagrosamente de cualquier cataclismo.
Espero que nuestros políticos aprendan de este caso, empiecen a dimensionar la real magnitud del problema que están enfrentando, escuchen, reaccionen y se den cuenta que la crisis actual de credibilidad hacia el sistema político es muy grave. Ojalá que puedan ver y asumir: que no habrá salvación de última hora si no se trabaja duro y se hacen cambios profundos, que incluso los “grandes históricos” como River Plate pueden caerse, y, que de hecho la caída ya es notoria, por lo menos, para nosotros los hinchas…

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